Desde siempre, los humanos hemos dejado rastros de nuestras creencias, sentimientos, aspiraciones y visiones del mundo plasmados en objetos.
No sólo en el arte, la música, la arquitectura y la literatura reflejan nuestro mundo interior, sino también artefactos tecnológicos, científicos y de uso cotidiano.
Hasta los mapas, esas representaciones gráficas bidimensionales generalmente pensadas como herramientas útiles que sirven como guías, nos delatan.
Los antiguos mapas de las estrellas son testimonio de una curiosidad infinita; los que por mucho tiempo mostraban los límites del mundo conocido marcándolos con la frase "aquí hay dragones", expresaban terrores, y los cambios de fronteras a lo largo de los siglos, manifiestan de ambiciones, sueños, victorias y decepciones...
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