El Papa Francisco dijo que se siente totalmente recuperado. Anunció que presidirá el Domingo de Ramos que reunirá a una multitud en la plaza plaza de San Pedro, que celebra la entrada de Jesucristo a Jerusalén en los últimos días de su vida terrestre y marca el comienzo de la Semana Santa.
El momento central será la misa que celebrará, con el Papa presente, el cardenal Leonardo Sandri, de 79 años, también argentino.
Francisco dijo que todas sus audiencias de los próximos dos días están confirmadas, así como la audiencia general de los miércoles en la plaza San Pedro.
Además de los ritos del Jueves Santo, Francisco acudirá a una cárcel para lavar los pies de doce reclusos, en memoria del gesto de humildad de Jesús con los apóstoles.
También estará presente el Viernes en la peregrinación de las estaciones del martirio que se celebran por la noche en el Coliseo de Roma. Los meteorólogos pronostican una bajada de las temperaturas desde este fin de semana y teniendo en cuenta que el Papa sigue las estaciones desde una colina enfrente del Coliseo, se tomarán medidas para que no sufra el frío y el viento que sopla todas las noches en el lugar.
El pontífice también presidirá las celebraciones del Sábado Santo y el Domingo de Pascua estará presente en la plaza de San Pedro, en la misa que celebrará el decano del Colegio de Cardenales, Giovanni Battista Re.
El cardenal Re dijo que el pontífice argentino leerá el mensaje pascual y desde el balcón de la Basílica enviará la bendición Urbi et Orbi a la ciudad de Roma y el mundo.
Viaje a Hungría
El Papa también confirmó su viaje a Hungría a fines de este mes para presidir la clausura de un Congreso Eucarístico Internacional.
“Todavía estoy vivo”, bromeó sonriendo Jorge Bergoglio a primera hora de este sábado, al abandonar el hospital Gemelli de Roma. Francisco hizo detener el automóvil utilitario (un Fiat 500 blanco) en el que viaja, y bajó caminando ayudándose por un bastón hasta la gente en fila que lo aclamaba.
Saludó al grupo y habló con un chico que se había roto un brazo al que le firmó el yeso.
Una pareja joven lloraba desesperada y la madre abrazó a Francisco y le dijo que a la madrugada había fallecido en el policlínico su pequeña hija de seis años. El Papa la besó en las mejillas y también al padre que sollozaba a su lado. Bergoglio los invitó a orar juntos y los tres rezaron por la pequeña.
Mucha gente saludó y vivó al Obispo de Roma durante el trayecto, en una numerosa caravana de automóviles y motocicletas policiales. Antes de entrar en el Vaticano, Francisco hizo desviar el cortejo hasta la basílica pontificia de Santa María la Mayor, donde fue a agradecer la protección de la Virgen María. "También le confié a María a los pequeños del sector de niños que sufren enfermedades oncológicas en el Gemelli", dijo después.
Ceremonia en la Plaza San Pedro
Al llegar a la entrada del Vaticano, el Papa volvió a detener su automóvil y se bajó con huevos de Pascua que regaló, uno por uno con un apretón de manos, a los policías en motocicleta de la escolta.
Francisco presidirá el Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro. Como es la tradición la gente llevará ramas de olivo, hojas de palma y de otros árboles que serán bendecidas por el pontífice y adornarán después los hogares durante la Pascua.
El momento principal de la celebración que abre de hecho la Semana Santa será la misa que oficiará el cardenal Leonardo Sandri, con la presencia del Papa, que presidirá sentado la ceremonia. Hace ya casi un año que la artrosis en la rodilla derecha no permite a Jorge Bergoglio caminar, subir y bajar escalinatas, haciéndole imposible los movimientos en el altar.
Sandri es vicedecano del Colegio de Cardenales y prefecto emérito del Dicasterio de Iglesias Orientales. Fue durante años diplomático de la Santa Sede.
En 2005, cuando era Sustituto de la Secretaría de Estado, fue encargado de ayudar al Papa san Juan Pablo II, el polaco Karol Wojtyla, que padecía el mal de Parkinson en estado terminal.
Sandri leía los discursos y mensajes públicos del pontífice que reinó 26 años y medio, al lado de Wojtila que no podía hablar. Se hizo muy popular y era llamado por la gente “la voz del Papa”.
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