“El concepto tradicional de la familia humana ha cambiado: ahora, además de las familias conyugales, hay muchas otras formas de unión que también son categorizadas como familia. Teniendo en cuenta que también se establecen vÃnculos afectivos con otras especies, se viene reconociendo a los animales de compañÃa como parte de la denominada familia multiespecie.” Profesora Myriam Acero Aguilar
Los cambios sociales dados en las últimas décadas han alterado notablemente la manera en que las personas nos vinculamos socialmente. Entre estos cambios, se destacan el mayor reconocimiento y la legitimidad que cobraron los vÃnculos con nuestros animales.
En la actualidad, en la mayor parte de los paÃses occidentales el número de hogares que cuentan con perros y gatos ha crecido firmemente.
El concepto de familia multiespecie ha surgido en los últimos años para hacer referencia a aquellas familias que considera a su mascota: perro gato, aves, roedores, reptiles o peces como miembros de esta, y en ese sentido este deja de ser visto únicamente como tal, y pasa ser un miembro de la familia que merece la protección de núcleo familiar y de la sociedad en general por esta consideración.
El tratamiento social que hoy en dÃa se les da a las mascotas, recurriendo incluso a los antecedentes jurÃdicos que al respecto ya existe en España, Colombia y Brasil, paÃses en cuya legislación se descosifica a los animales domésticos, se les consideran seres sintientes que también forma parte del núcleo familiar
Por lo que los animales pasan a ser considerados miembros legÃtimos de estas familias, desempeñando además roles destacados.
Entre ellos, se les reconoce contribuir singularmente a la estabilidad y cohesión familiar, a la vez que brindar apoyo emocional a cada miembro para animarlo en su desarrollo individual.
Es decir, los cambios en las actitudes hacia los animales y las conexiones entre especies han fomentado los incrementos y la legitimidad de las familias multiespecie.
En estas, la pertenencia a la familia no depende del estado humano, o de similitud con los humanos, sino que más bien se forja a través de interacciones cercanas, la cohabitación y el compromiso con el otro, en un vÃnculo afectivo genuino y bidireccional, delineado tanto por humanos como por animales.
De acuerdo a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, basada en diferentes tratados internacionales, “La familia es la unidad básica natural de las sociedades y debe ser respetada y protegida por el Estado. En consecuencia, el Estado reconocerá y respetará las distintas formas indÃgenas de familia, matrimonio, nombre familiar y de filiación”.
En el caso de las leyes mexicanas, estas son consideradas como organizaciones dinámicas que se adaptan a los cambios demográficos, sociales, económicos y culturales, con la finalidad de formar estructuras capaces de enfrentar los desafÃos propios de cada época para asegurar su subsistencia y seguridad, reconociendo que el estereotipo de familia que la conceptualizaba como la unión de un hombre y una mujer en matrimonio, con hijas(os), ha evolucionado
En los Estados Unidos Mexicanos la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en su jurisprudencia estableció que en México hay distintos tipos de familias, y todas están protegidas en el artÃculo 4 constitucional, ahora incluye el reconocimiento de los núcleos familiares multiespecie, integrado por humanos y mascotas, lo que implica que las autoridades también deben considerar esta diversidad, se reconoció por primera vez la existencia de la familia multiespecie, al declarar judicialmente que los perros de una pareja son miembros de su familia y no de su propiedad.
Por lo que la Constitución ya reconoce a los animales de compañÃa como seres sintientes, y en paralelo la Declaración de los Derechos de los Animales bien expone que es necesario cubrir sus necesidades básicas, tienen derecho al respeto, ni que ningún animal debe ser sometido al maltrato, entre otros derechos que se suman al reconocimiento de estos compañeros de vida como parte de la familia.
“Las mascotas tienen un lugar muy especial en las familias. No sólo por su presencia en el terreno afectivo o simbólico; sino porque gran parte de éstos seres sintientes tienen una función económica cuando incluso las compañÃas de éstos proporcionan una seguridad psicoafectiva o cumplen funciones de relativo cuidado. El concepto de éstas va más allá de lo biológico, ya que los vÃnculos se basan en procesos socio culturales que arraigan y brindan seguridad; estos vÃnculos se basan en la reciprocidad, una idea de autenticidad o de lealtad.”
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