ESTRASBURGO (Francia).- JosĆ© Manuel no se lo creĆa cuando descolgó el telĆ©fono. Paloma tampoco. Ella es “muy desconfiada”, se justifica. Ćl estĆ” harto de contestar llamadas en las que sólo le venden ofertas con letra pequeƱa, y pensó que esto iba de lo mismo. Pero no. Nada mĆ”s colgar, ambos se pusieron a buscar quĆ© era Kantar y si tenĆa sentido que les hubieran ofrecido un viaje a Estrasburgo para debatir sobre el futuro de Europa.
Al comprobar la plausibilidad de la oferta, los dos respondieron afirmativamente a la siguiente llamada. Hasta este viernes, 17 de septiembre, JosĆ© Manuel (Tarragona, 61 aƱos) y Paloma (Madrid, 55) no se conocĆan. Ahora ellos, y la veintena de espaƱoles que ha viajado a Estrasburgo para la Conferencia, parece que se conocieran de toda la vida. “Si fuĆ©ramos alemanes, serĆa distinto”, comenta Paloma entre risas.
De primeras, cuesta un poco entender qué han venido a hacer este fin de semana en el Parlamento Europeo 200 ciudadanos de toda la Unión, entre ellos Paloma y José Manuel, elegidos al azar entre 450 millones de personas por la empresa consultora Kantar.
Un “experimento Ćŗnico” en Europa
JesĆŗs Carmona, director de Medios del Parlamento Europeo, explica que se trata de un “experimento Ćŗnico” en Europa. La Conferencia sobre el Futuro de Europa tiene varias ramas, entre ellas la institucional y la del Consejo Administrativo, pero sin duda “lo mĆ”s original” de esta es la participación ciudadana. En los próximos meses, un total de 800 ciudadanos participarĆ”n en discusiones presenciales y online para extraer una serie de propuestas y recomendaciones que en la primavera de 2022 serĆ”n debatidas en el pleno europeo.
En Ć©l habrĆ” representantes polĆticos del Parlamento, la Comisión y el Consejo, pero tambiĆ©n portavoces ciudadanos salidos de los paneles que han arrancado este viernes, y han centrado su discusión en economĆa, justicia social, educación, juventud y transformación digital.
Cada participante se expresa en su propio idioma; si no, todos serĆan universitarios. No puedes hacer venir a un seƱor de Albacete a hablar en inglĆ©s
Durante tres dĆas, por los pasillos del Parlamento no han pululado eurodiputados, sino gente de a pie que, en la mayorĆa de los casos, pisaba esta sede —e incluso la ciudad de Estrasburgo— por primera vez. Para aceptar el reto no necesitaban hablar francĆ©s o inglĆ©s, pues un nutrido grupo de intĆ©rpretes los ha acompaƱado en los plenos y debates. “Si no, todos los participantes serĆan universitarios. No puedes hacer venir a un seƱor de Albacete a hablar en inglĆ©s”, comentaba un trabajador del Parlamento Europeo. Efectivamente, se ha seleccionado a gente de distintos orĆgenes, estatus social, gĆ©nero y edad. Sólo se ha optado por sobrerrepresentar a los jóvenes, concretamente al grupo de población de entre 16 —edad mĆnima para participar— y 25 aƱos.
El funcionamiento del sistema de traducción simultĆ”nea a los 24 idiomas de la UE le ha parecido a JosĆ© Manuel “una virguerĆa”. “Es una pasada”, dice por su parte Ćlvaro, un chico madrileƱo de 18 aƱos que dentro de unos dĆas se mudarĆ” a CĆ”diz a estudiar Administración y Dirección de Empresas.
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